Es un auténtico privilegio contar con uno de los autores de música coral más importantes de Europa. El maestro Vytautas
Miškinis se presentó ante nosotros con muy buen humor y muchas ganas de comunicar. Se le notaba a gusto entre nosotros y nos trajo un tríptico con poemas de Tagore para estrenar en el concierto del seminario.
La música coral báltica es especialmente interesante. La tradición coral de esos países es muy rica. Mucho más que la nuestra, por eso si hay que buscar maestros de los que aprender, pocos sitios hay tan buenos como los países ribereños del mar Báltico.
PROGRAMA:
II. The smile
III. The sweet
NOTAS AL PROGRAMA:
La música coral báltica es especialmente interesante. La tradición coral de esos países es muy rica. Mucho más que la nuestra, por eso si hay que buscar maestros de los que aprender, pocos sitios hay tan buenos como los países ribereños del mar Báltico.
PROGRAMA:
- Vytautas Miškinis: Gloria
- Vytautas Miškinis: Sanctus
- Edward Elgar (1857-1934): Deep in my soul
- Eric Whitacre (1970): Sleep
- Morten Lauridsen (1943): O Nata Lux
- Vytautas Miškinis: O salutaris hostia
- Vytautas Miškinis: Three sights to baby. Estreno absoluto
II. The smile
III. The sweet
NOTAS AL PROGRAMA:
La cita de este año de la Residencia de Estudiantes con este seminario
de música coral enlaza de nuevo con el lejano Báltico. Los entendidos saben a
estas alturas que alrededor de sus frías aguas se ha ido fraguando una de las
culturas corales más ricas que encontrarse puedan. En este sentido, recordamos
como en 2005, en ocasión como ésta, el coro Vox Aurea contó con la profesora
sueca Helen Larsson. Autores bálticos como Sisask, Eriksson, Jennefelt,
Kverno, Mellnäs, Nysted, Olsson, Rautavaara y Wikander han ido sonando en esta
sala y dan fe del peso que tiene esta cultura coral en el mundo. Hoy
tendremos dirigiendo este concierto al maestro Vytautas Miškinis (Vilnius,
1954), que nos llega desde Lituania para darnos a conocer más profundamente su
extraordinario universo musical.
Su música no es nueva en este escenario. Ya sonó en los conciertos fin
de seminario de 2004, 2007 y 2008. No podía ser de otra manera porque estamos
ante un maestro fundamental para entender la música coral de este último cambio
de siglo. Autor cosmopolita con una obra extensa, se ha dedicado a la música
religiosa usando el latín de los himnos y preces tradicionales en más de cien
motetes y treinta misas, aparte de tres centenas de piezas profanas. Sin
renunciar a ningún tipo de recurso sonoro, utiliza muy imaginativamente ritmos
y armonías muy sugerentes, aunque dentro de los límites tonales que han ido
conformando una obra con ambición de ser entendida y apreciada por el público
aficionado.
El coro Vox Aurea quiere comenzar el concierto con dos obras de este
músico con el que ha tenido el placer de trabajar durante este fin de semana, y
así empieza el concierto, con dos muestras de su música religiosa, para pasar
después a las obras que se han estudiado a fondo durante el seminario. El
propio Miškinis nos ofrece hoy un repertorio de gran interés. Por un lado, nos
regala un trío de canciones sobre textos de Tagore para ser estrenado en este
encuentro con cantores y público españoles. Por otro, nos trae obras de autores
que le son especialmente queridos y de otros que le son afines por diversas
razones, pero que, en todo caso, son colegas suyos en estos tiempos tan
interesantes para el mundo coral internacional.
Vytautas
Miškinis: Gloria
Gloria in excelsis Deo et in terra
pax hominibus bonae voluntatis
Laudamus te
Benedicimus te
Adoramus te
Glorificamus te
Gratias agimus tibi propter
magnam gloriam tuam
Domine Deus
Rex coelestis
Deus Pater omnipotens
Domine Fili unigenite Jesu Christe
Domine Deus Agnus Dei
Filius Patris
qui tollis peccata mundi
miserere nobis
suscipe deprecationem nostram
Qui sedes ad dexteram Patris
miserere nobis
Quoniam tu solus Sanctus
Tu solus Dominus.
Este himno se canta o se recita en voz alta los domingos fuera de los
tiempos de Adviento y de Cuaresma, y en diversas solemnidades y fiestas.
El primer papa que lo introduce en la Liturgia fue el papa Telesforo
(128-139?). Papa mártir sacrificado en tiempos de Adriano o Trajano.
Este pontífice lo incluye en el Ordinario de la fiesta de Navidad y, tres
siglos después, el papa Símaco (498-514) lo generaliza para todas las
celebraciones dominicales.
En este himno se expresan deseos, además de sumisión, admiración,
alegría y se recitan los rasgos principales del Ser Supremo según la doctrina
cristiana. Toda esta compleja mezcla no se expresa musicalmente de manera
simple. La pieza va mudando, de forma ejemplar, de ritmo y de expresión según
el texto lo demanda.
Vytautas
Miškinis: Sanctus
Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Dominus Deus, Sabaoth.
Pleni sunt coeli et terra
gloria tua.
Hosanna in excelsis.
Benedictus qui venit in nomine
Domini
Hosanna in excelsis.
El Sanctus es una
parte del Ordinario de la misa católica, y se canta o recita para concluir el
Prefacio. No es exclusivo de los ritos católicos, puesto que la iglesia
ortodoxa y no pocas protestantes también lo usan con pequeñas variantes. Es un
himno en honor de la
Santísima Trinidad , por eso la palabra «Sanctus» se repite
tres veces al principio.
Miškinis divide la pieza en dos partes. La primera, donde se alaba la
santidad del Señor de los ejércitos, se presenta un contraste entre las voces
femeninas, homofónicas y rítmicas y las voces masculinas, no menos rítmicas,
pero con un carácter imitativo, una especie de canon. En la segunda parte,
desde el «Hossanna», son las cuatro voces las que conforman un nuevo canon.
Edward
Elgar (1857-1934): Deep in my soul
Poema original de Lord Byron (1788-1824)
Deep in my soul that tender
secret dwells,
Lonely and lost to light
for evermore,
Save when to thine my heart
responsive swells,
Then trembles into silence
as before.
There, in its centre, a
sepulchral lamp
Burns the slow flame,
eternal but unseen;
Which not the darkness of
Despair can damp,
Though vain its ray as it
had never been.
En lo profundo de mi alma
En lo profundo de mi alma reside ese tierno
secreto,
Solitario y perdido para la luz eternamente;
Salvo cuando mi corazón, sensible al tuyo, se inflama,
Para estremecerse y caer en el silencio como antes.
Ahí, en su centro, una lámpara sepulcral
Consume la lenta llama, eterna, pero oculta,
Y que ni la oscuridad de la desesperación puede
apagar
Por leve e inútil que su rayo sea.
Traducción de Alicia
Cogolludo.
Edward Elgar representa en la música inglesa un renacimiento
extraordinario, pues tras el paréntesis musical victoriano sin figuras de
primera fila, se produce una potente eclosión de autores de los cuales Elgar es
el pionero. Tras él vienen Vaughan
Williams, Walton, Holst, Tippett, Britten, Ireland, etc. Una
auténtica edad dorada para la música inglesa. En este nuevo siglo musical
inglés, que comienza en la época eduardiana, la música coral ocupa un lugar de
privilegio que da unos frutos apreciadísimos por directores y cantores de los
últimos cien años.
El poema elegido por Elgar está extraído de uno de los más influyentes
libros de poemas de la literatura inglesa, nada menos que El Corsario de Lord Byron. Poema romántico en el que el genio de
este gran poeta universal consigue un tono introspectivo e intimista, aunque
eso sí, usando grandes palabras como desesperación, estremecimiento, fuego,
rayo...
La música de Elgar debe responder al clima íntimo y profundo sin caer en
la tentación de efectismos que siempre son peligrosos en la poesía romántica.
El resultado es de una gran belleza. La música es propia de la maestría de
Elgar y acompaña al texto de forma admirable, potenciando su belleza y su
mensaje.
Eric
Whitacre (1970): Sleep
Sobre
el poema homónimo de Charles Anthony Silvestri (1965) escrito para esta pieza.
The evening hangs beneath the
moon
A silver thread on darkened dune
With closing eyes and resting
head
I know that sleep is coming soon.
Upon my pillow, safe in bed
A thousand pictures fill my head
I cannot sleep, my mind’s
a-flight
And yet my limbs seem made of
lead.
If there are noises in the night
A frightening shadow, flickering
light
Then I surrender unto sleep
Where clouds of dream give second
sight.
What dreams may come, both dark
and deep
Of flying wings and soaring leap
As I surrender unto sleep,
As I surrender unto sleep.
SUEÑO
La noche se cierne bajo la luna
Un hilo plateado sobre la duna en sombras
Los ojos cerrados, la cabeza descansada,
Sé que el sueño va a venir pronto.
Sobre la almohada, a salvo en la cama
Miles de imágenes pueblan mi cabeza
No puedo dormir, mi mente vuela
Y sin embargo mis extremidades parecen de plomo.
Si hay ruidos en la noche
Una sombra aterradora, una luz vacilante
Entonces me entrego al sueño
En donde las nubes de los sueños otorgan
clarividencia.
Los sueños que vengan, oscuros y profundos
De alas que vuelan y salto vertiginoso
Según me entrego al sueño
Según me entrego al sueño.
Traducción de Alicia Cogolludo.
Eric Whitacre es un autor del siglo xxi
en todos los sentidos. Tiene un gran talento, viaja para dirigir su música a
los más dispares lugares del globo, cuida más de su atildado y juvenil aspecto
que una estrella de cine, mantiene una actividad frenética en YouTube, Facebook
y Twitter, compone para coros o para películas comerciales de éxito, es popular
y sofisticado y puede combinar espectacularidad y delicadeza como un gran
maestro. Es, en definitiva, todo un personaje.
Whitacre recurre a su habitual colaborador el poeta Charles Anthony Silvestri para
esta pieza, como ya hizo con Lux Aurumque que interpretó Vox Aurea en este salón en 2006 bajo la dirección de
Josep Vila.
Esta partitura arropaba originalmente un poema de Robert Frost (1864-1973) llamado
Stopping by Woods on a Snowy
Evening. Problemas con los derechos de
autor, que impedían la interpretación pública, amenazaban con condenar la pieza
al silencio, por lo que Silvestri acudió al rescate de Whitacre y le escribió
esta letra admirable. Por eso, en este concierto es la pieza rara. No se trata
aquí de un músico que compone melodías para un poema o himno tal y como estamos
acostumbrados, sino al revés: lo que tenemos aquí es un poeta que imagina el
texto idóneo para una música, en realidad es Silvestri el artesano de las palabras,
el que remata la obra.
Morten Lauridsen (1943): O
Nata Lux
O nata lux de lumine,
Jesu redemptor saeculi,
dignare clemens supplicum
laudes preces que sumere.
O nata lux de lumine.
O luz nacida de la luz
Jesús, redentor de los siglos.
Dígnate
por misericordia a
aceptar
las súplicas y oraciones
de
los que te imploran.
O
luz nacida de la luz.
En el mundo clásico norteamericano actual pocos autores pueden mostrar
tantos premios, reconocimientos, Grammys, etc. como Morten Lauridsen. Este hijo
de emigrantes daneses y persona espiritual con tendencia a un cierto misticismo
nos transmite siempre sensaciones de paz y profundidad. Se dedica a la música
desde niño y, tras años de dudas, decide finalmente centrarse en la composición. Actualmente
es profesor de esta disciplina en la Thornton School of Music de la Universidad del Sur de California.
En su música religiosa se mantiene siempre dentro de límites tonales y
se vuelve mucho más experimental en el ámbito profano, cuando pone música a
poemas de sus autores favoritos entre los que cuenta a García Lorca. Aunque no
se considera poeta, sí cree que sus composiciones son muy poéticas. Con su
música intenta alcanzar su ideal artístico. Son sus palabras:
Creo
que el propósito de cualquier arte es dejarnos algo elegante que enriquezca
nuestro espíritu, nos toque el corazón, ponga a prueba nuestro intelecto y
mejore la condición humana.
O nata Lux es un himno
litúrgico que tiene su origen en el siglo x
y que se canta en el oficio de Laudes en la mañana de la fiesta de la Transfiguración. Once
siglos después, Lauridsen lo transforma en una de las tres partituras más
vendidas de la
editorial Theodore Presser Co. desde 1783, las otras dos también son suyas.
Vytautas
Miškinis: O salutaris hostia
Sobre
texto de Tomás de Aquino (1225-1274)
O salutaris hostia,
Quæ caeli pandis ostium,
Bella premunt hostilia;
Da robur, fer auxilium.
Oh
salvadora hostia,
Que
abres la puerta del cielo,
Guerras
implacables (nos) oprimen:
Da(nos)
fuerza, danos auxilio.
El
siglo xiii ve el nacimiento de la
fiesta del Corpus Christi. Por entonces, el papa Urbano IV decide que esta
nueva fiesta debe contar con su propia liturgia y encarga al Aquinate cinco
himnos para este fin. Uno de ellos es el denominado Verbum Supernum Prodiens que
se destina a las plegarias de Laudes. La penúltima estrofa de este himno es la que
comienza con este «O salutaris Hostia» que se ha venido utilizando también para
el momento en que el sacerdote eleva la Sagrada Forma en el
momento de la consagración.
Miškinis, más que plegarse a la intención y propósito originales del
texto, intenta describir musicalmente la situación que se produce en el templo
desde el punto de vista de los fieles que asisten al rito. Por un lado está la
oración individual de cada creyente que quiere comunicarse directamente con
Dios. La suma de todas estas plegarias llega al Ser Supremo de forma que sólo
por su carácter de Ser Todopoderoso es capaz de atender a todos. Por otro lado,
en el templo se produce el rezo comunitario, muchas veces cantado, que puede
llevar a cabo una comunidad religiosa cualquiera. Ambas formas de relación con
la Divinidad se combinan en esta especie de especulación filosófica musical
sobre las formas en que el hombre se comunica con Dios y que Miškinis propone para
nuestra consideración.
Vytautas
Miškinis: Three sights to baby.
Estreno absoluto
I.
The sleep
II.
The smile
III. The sweet
Versos pertenecientes a la Ofrenda de canciones o Gitanjali
de Rabindranath Tagore
THE sleep that flits on
baby’s eyes does
anybody know from where it
comes? Yes,
there is a rumour that it
has its dwelling
where, in the fairy village
among shadows
of the forest dimly lit
with glow worms,
there hang two timid buds
of enchantment.
From there it comes to kiss
baby’s eyes.
THE smile that flickers on
baby’s lips
when he sleeps does anybody
know where
it was born? Yes, there is
a rumour that a
young pale beam of a
crescent moon touched
the edge of a vanishing
autumn cloud, and
there the smile was first
born in the dream
of a dew washed morning the
smile that
flickers on baby’s lips
when he sleeps.
THE sweet, soft freshness
that blooms on
baby’s limbs does anybody
know where
it was hidden so long? Yes,
when the mother
was a young girl it lay
pervading her heart
in tender and silent mystery
of love the
sweet, soft freshness that
has bloomed on
baby’s limbs.
¿Sabe alguien de dónde viene el sueño que pasa, volando,
por los ojos del niño?
Sí. Dicen que mora en la aldea de las hadas;
que por la sombra de una floresta vagamente
alumbrada de luciérnagas,
cuelgan dos tímidos capullos de encanto,
de donde viene el sueño a besar los ojos del niño.
¿Sabe alguien de dónde viene la sonrisa que revuela
por los labios del niño dormido?
Sí. Cuentan que, en el ensueño de una mañana de
otoño, fresca de rocío,
el pálido rayo primero de la luna nueva, dorando el
borde de una nube que se iba,
hizo la sonrisa que vaga en los labios del niño
dormido.
¿Sabe alguien en dónde estuvo escondida tanto
tiempo la dulce y suave frescura
que florece en las carnecitas del niño? Sí. Cuando
la madre era joven,
empapaba su corazón de un tierno y misterioso
silencio de amor, la dulce y suave frescura
que ha florecido en las carnecitas del niño.
Traducción de Alicia Cogolludo.
La versión en inglés del
poemario Gitanjali que el propio Tagore realiza y que se publica en 1913 es un éxito sin
precedentes y una cierta revolución poética. Tagore quiso ser entendido tanto
en Occidente como en Oriente, aspiró a ser un puente entre dos mundos y acabó
convirtiéndose en un poeta universal. Este poema nos remite al mundo infantil
tan caro a Tagore y al propio Miškinis que tanta música ha escrito para coro de
niños.
Miškinis divide el poema en tres partes, de forma que cada estrofa forma
una canción en sí misma, aunque aprovecha el recurso poético de Tagore de repetir
una pregunta «¿Sabe alguien... ?» para dotar de una cierta unidad al tríptico.
Como vemos, Vytautas Miškinis nos ha
querido mostrar parte de su obra, compartir con todos nosotros lo último de su
producción y hacer sonar en este salón lo más representativo de los autores
corales de hoy y de los que han abierto el camino para ellos. Esperamos que sea
una experiencia inolvidable para todos y para él también.
Thyrsus me fecit
Thyrsus me fecit