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jueves, 13 de septiembre de 2012

L'Homme Armé en Coralea


Las misas L'Homme Armé no son música militar. Es un punto de contacto entre la polifonía y la milicia que se extiende en el tiempo de una forma considerable, de forma que se convierte en un fenómeno musical digno de ser tratado. No es este artículo de Coralea especialmente ambicioso. No puede serlo. ¿Porqué hay tantas misas con este nombre? Una vez escrito y publicado el artículo desarrollando una bonita hipótesis sobre la coincidencia en el tiempo de la melodía L'Homme Armé y la caída de Constantinopla debo decir que a mí lo que me convence es la propia melodía: lo atractiva que resulta, las posibilidades que ofrece para construir cánones y fugas.

Conocí estas misas a través de Jenkins y Desprez hace años y pensé que era el momento de escribir algo sobre ello. Y también pensé que tras una breve historia estaría bien hablar de estos ejemplos alejados en el tiempo, y no porque piense que son los mejores. Desde luego sí lo es en el caso de Desprez. La misa de Jenkins es muy disfrutable y de lo más recomendable para cantar en coro. Al fin y al cabo se trata de una música agradecida y fácil de cantar. Jenkins es un caso curioso. Llegó con el tiempo a liderar Soft Machine, un grupo de rock con influencias jazzísticas que producía una música escasamente al alcance del aficionado medio al rock. Música muy de vanguardia para la época. 

Cuando Jenkins pasa al mundo sinfónico - coral produce una música mucho más asequible y, si queréis, comercial (sin pretender que suene peyorativo).

Desprez no sólo compone frottolas sobre grillos. Estas misas suyas son monumentos a la belleza y a la inteligencia. Qué derroche de ingenio, de imaginación, de creatividad, en fin, cuánto genio. Si alguien no las conocía tiene ahora la oportunidad de dejarse convencer y entrar en su conocimiento, no se va a arrepentir.

Leed el artículo de Coralea y opinad.